Una delegación de Ikastolen Elkartea estuvo ayer en el Parlamento Vasco para exponer el punto de vista de las ikastolas sobre la innovación educativa y el liderazgo. Nekane Artola y Zigor Ibarzabal, vicepresidenta y responsable de Educación de Ikastolen Elkartea respectivamente, participaron en la ponencia de Educación del Parlamento Vasco.
Artola e Ibarzabal explicaron que las ikastolas entendemos la innovación educativa como una reflexión dentro del objetivo de la educación y orientada al proyecto educativo: consiste en reflexionar sobre la praxis cotidiana y nos lleva a poner el foco en el objetivo de nuestra organización e intervención. Dijeron que en materia de innovación hay que mirar tanto al entorno como al mundo, y que aunque no hay una hoja de ruta definida para la transformación, está claro que hay que analizar otros modelos y ajustarlos a nuestra realidad, y en consecuencia, adaptarlos a la situación socioeconómica y sociolingüística de Euskal Herria.
Los representantes de las ikastolas definieron en el Parlamento Vasco las palancas para la transformación educativa. Estos serían:

Autonomía escolar: a esa autonomía hay que ponerle bases sólidas y construir su esqueleto dentro del proyecto educativo.
Modelo de persona: o perfil de salida del alumno. A la hora de definir el modelo de persona nos centramos no sólo en el alumno, sino también en la comunidad educativa y en la sociedad en general. Se definen y trabajan las características que trabajamos y compartimos con las personas que van a formar esa comunidad. Al desarrollo de estas características se dirige la praxis y la reflexión cotidiana.
Proyecto curricular/Currículo vasco: debe recoger temas y realidades locales y responder a las bases pedagógicas y/o psicopedagógicas recogidas en el proyecto educativo. El currículo vasco debe ser un componente imprescindible de ese currículo local, con la cosmovisión propia que en él se recoge. Es clave para la transmisión cultural y debe tener reflejo en los materiales didácticos que se van a utilizar.
Plan de formación: debe estar orientado a toda la comunidad educativa y tener como objetivo el empoderamiento de profesionales y familias. Esta es la clave para promover una comunidad más cohesionada y participativa.
Empoderamiento del profesorado: hay que profundizar en los diferentes roles de los educadores; dedicarse a la investigación, experimentar, evaluar y decidir. Hay que ejercer un liderazgo compartido y conseguir un equipo fuerte y cohesionado.
Organización escolar: organizar una sistemática de reuniones eficaz y buscar la sistematización en el proceso de trabajo. Hay que buscar la creación de foros y la organización de acciones para fomentar la participación de la comunidad educativa.
Liderazgo y sostenibilidad: el liderazgo y la perseverancia de los equipos directivos son las claves principales. Debe estar orientado al funcionamiento escolar, a la convivencia y al trabajo en común. Promover una cultura de aprendizaje entre iguales en beneficio de la pedagogía.
Rol de la Administración: hay que conocer y reflexionar sobre los diferentes modelos organizativos (Berritzegunes, Ikastolen Elkartea, y otras organizaciones y redes. Todo esto es conocimiento). Hay que realizar un acompañamiento cercano para ofrecer asesoramiento, formación, seguimiento y recursos. La gestión de la diversidad escolar debe realizarse mediante contratos programa consensuados. Representantes de las ikastolas han definido en el Parlamento Vasco las palancas para la transformación educativa. Estos serían: